La modulación de ancho de pulso (PWM) es como un juego de luces mágicas en tu habitación. Estas luces especiales pueden cambiar cuánto brillan para contar historias o para crear diferentes ambientes.

Piensa en estas luces como si tuvieran un interruptor muy especial. Este interruptor no solo enciende y apaga las luces, sino que también controla cuánto tiempo están encendidas y cuánto tiempo están apagadas.

Por ejemplo, si ajustamos el interruptor para que las luces estén encendidas solo el 1/4 del tiempo, eso es como un ciclo de trabajo del 25%. Significa que las luces brillarán durante un ratito (1/4 del tiempo) y luego descansarán en la oscuridad el resto del tiempo (3/4).

El tiempo total desde que las luces se encienden hasta que se encienden de nuevo se llama “período”. Así que, en cada período, las luces hacen un ciclo completo de brillar y descansar. ¡Es como tener un espectáculo de luces en miniatura que puedes controlar para hacer tu habitación más divertida y colorida!

El “período” de nuestra señal PWM es como la coreografía completa de este baile de luces.

Piensa en una canción que las luces siguen. Cuando la canción empieza, las luces se encienden y brillan. Luego, se apagan para tomar un pequeño descanso. Este ciclo de brillar y descansar se repite a lo largo de la canción. Pero aquí viene lo divertido: cuando la canción termina y vuelve a empezar, ¡las luces también comienzan su baile desde el principio!

Así que, si nuestras luces tienen un ciclo de trabajo del 25%, durante el 25% de la canción, estarán brillando y bailando, y durante el 75% restante, estarán descansando y esperando pacientemente su turno. El tiempo que dura toda la canción es el “período” de nuestra señal PWM. Cada vez que la canción se reinicia, las luces comienzan su rutina de baile nuevamente, siguiendo el mismo patrón de brillar y descansar.

¡Es como tener una fiesta de baile de luces en tu habitación, donde las luces siguen el ritmo de su canción favorita una y otra vez!

Para hacer nuestro cuento de las luces aún más emocionante, vamos a hablar sobre cómo las luces pueden imitar una señal analógica cambiando su ciclo de trabajo, que en inglés se llama “duty cycle”.

Imagina que cada luz en tu habitación puede cambiar qué tan brillante es, como si estuviera ajustando el volumen de su brillo. Al cambiar el ciclo de trabajo, las luces pueden brillar más fuerte o más suave. Esto es como si las luces estuvieran tratando de hablar en el lenguaje de las señales analógicas, que es más suave y variado, en lugar de simplemente estar encendidas o apagadas.

Así que, si las luces ajustan su ciclo de trabajo para estar encendidas más tiempo, parecerá que están más brillantes. Si están encendidas menos tiempo, parecerán más tenues. El truco aquí es que están parpadeando muy rápido, tan rápido que no puedes verlo, y solo ves un brillo que parece constante. Este brillo es como el “valor promedio” de cuánto tiempo están encendidas.

Imagina que puedes ajustar este ciclo de trabajo para cualquier valor entre 0% (completamente apagadas) y 100% (completamente encendidas). Así puedes conseguir cualquier nivel de brillo que quieras, desde muy tenue hasta muy brillante, dependiendo de cuánto permita tu dispositivo de luces.

Una de las formas más divertidas de usar esto es con un LED. Puedes hacer que un LED brille a diferentes intensidades, como si estuviera jugando con los colores y la luz. ¡Es como tener un pequeño arcoíris en tu habitación que puedes controlar para crear todo tipo de ambientes mágicos!